EL ESTAFADOR #122: ¿POR QUÉ LOS PATOS EN LOS DIBUJOS ANIMADOS?

25/04/2012

Peter Jojaio

Por todos es sabido como terminó la relación del Tío Gilito con sus tres sobrinos. No me gusta ahondar en las heridas, pero recordaremos que tras el estallido de las subprime en 2007, los tres sobrinos dejaron de hablar con su tío, enfadados, por una supuesta estafa en la que definitivamente los tres patos con gorra (ya rozando los 40, con familia e hijos) habían perdido los fondos que su tío les administraba de forma fraudulenta. A partir de ahí, todo ha ido a peor: dos de ellos están actualmente en el paro y el otro en la cárcel acusado de terrorismo, por manifestarse contra el sistema. De los dos que están en el paro, uno de ellos tiene una enfermedad nerviosa que va calmando como puede a base de aspirinas, porque el tratamiento que debería llevar a cabo cuesta un dineral, y todos sabemos que se acabó la sanidad pública.

El tío Gilito sigue en su bunker de dólares, mientras los sobrinos se mueren de hambre y de asco. Es así. Y nosotros nos preguntamos en EL ESTAFADOR de hoy: «¿Por qué los patos en los dibujos animados?»

¿Eh? ¿Por qué?

Javilito

Javirroyo

Tyto Alba

Javi Cejas

Sistema de Monos

Pau Anglada

Javier Vázquez

Toni Nievas

Hola. ¿Qué tal? Soy la Conciencia del autor, así, con mayúscula, para que se note que soy un personaje con identidad propia. He tenido que tomar cartas en el asunto porque, bueno, iba camino del desastre. Pensaba escribir, el autor, yo no, por supuesto,  un cuento alegórico con esto del porno de lo más previsible. Que si un banquero encula a un trabajador griego sin vaselina ni nada. Que si Sarkozy, ahora con un pie fuera del Eliseo, obligaba a Rajoy a chupársela hasta el final. Y originalidades por el estilo. Hubiera sido su última colaboración con El Estafador porque las masas lectoras hubieran pedido, sin duda, su cabeza. Lo de las tetas de Angela Dorothea Merkel tenía un pase pero no hubiera sido bastante para salvarle la vida.

Mientras no miraba, le he dado al Crtl+E y al Supr y he acabado con el cuento de la vergüenza. Cuando se entere, se enfadará porque él es muy pudoroso y le costó mucho llenar el texto de palabras como «coño, «polla», «semen», «prima de riesgo cachonda y en celo», «agencias de calificación orgásmica» y cosas por el estilo.

Hacedme caso, dar por abortado el cuento y salir en busca de porno. Ahora con Internet no tenéis excusa. Y, luego, dejaos llevar.

Federico Montalbán

Xavier Àgueda

Toni Nievas

Tamayo

Peter Jojaio

Chema Peral

El pato Ducky y la terapia

Buenas noches, me llamo Ducky y soy pato. Mis padres se pasaron años queriéndome hacer pasar por cisne: que si pon el cuello así, que si no sonrías tanto, que si no parpes tan alto que pareces un ganso… Pasados años de angustia y frustración comprendí que nunca podría serlo, y que además no me gustaba, estaba cansado de parecer lánguido e indiferente, de cuidar mi perfil y de evitar mi identidad con disimulos y altanería. Aposté por ser ese pato que nunca me dejaron ser. Ya no me dolía aquello que me decía mi madre de que un niño o un borracho podían dibujar tranquilamente un pato gracioso, para señalar la vulgaridad de nuestra especie. Cada vez olía más a fascismo todo aquel embrollo; y yo prefiero, sin dudarlo, ser patito de bañera que inocuo cisne de porcelana. Así pues, subí el volumen de la música (canto casi cada día “Ducks on the wall” de los Kinks), caminé como me dio la gana y nadé salpicando espuma; tropecé y me reí, no me comparé con nadie y me sentí ligero; recuperé los habanos del Tío Gilito y gesticulé tal que el Pato Lucas. Soy pato, mareado cuando encarta, y ya nadie se atreve a decir nada de mi camiseta de los Ramones. Además, me consta que tengo el respaldo de Tony Soprano. Gracias por escucharme, cuac.

Juanfran Molina

Javirroyo

Diego Burdío

Mortimer

Pau Anglada

Peter Jojaio

Tute

Pau Anglada

Peter Jojaio